📘 Apuntes de Historia – 3º Año
🔎 Personajes y evolución histórica
La historia argentina no puede entenderse solo como una sucesión de fechas, sino como el resultado de decisiones políticas, conflictos sociales y proyectos de país encarnados en figuras concretas.
En los inicios, Mariano Moreno, Cornelio Saavedra y otros miembros de la Primera Junta marcaron el dilema central entre centralismo y federalismo. Ese debate se prolongó en el tiempo: Rivadavia como líder unitarista defendía un Estado centralizado, mientras Artigas y las provincias federales luchaban por la autonomía.
Juan Manuel de Rosas logró imponerse en este escenario como figura de orden, resistiendo las presiones externas (bloqueos francés e inglés) y las internas. Su influencia sentó las bases de un federalismo fuerte, aunque autoritario. Su caída en Caseros (1852) dio paso a Justo José de Urquiza, quien impulsó la Constitución de 1853, y luego a Bartolomé Mitre, que consolidó la unidad nacional.
Con Domingo F. Sarmiento, la educación fue vista como el camino para el “progreso” y la “civilización”. Junto a Nicolás Avellaneda impulsaron la modernización, pero también profundizaron el modelo agroexportador que dominó la Generación del 80. Allí se destacaron Julio A. Roca, con su política de “Conquista del Desierto”, y Leandro N. Alem, que con la Unión Cívica y luego la UCR, abrió el camino a la participación popular que culminaría en el liderazgo de Hipólito Yrigoyen.
Tras el golpe de 1930, emergieron figuras como Agustín P. Justo en la Década Infame, marcada por pactos desventajosos y fraudes. Frente a esto, el ascenso de Juan Domingo Perón supuso un cambio: su alianza con los sindicatos y el liderazgo de Eva Perón incorporaron a las masas al escenario político. La Constitución de 1949 reflejó este giro hacia la justicia social.
En la segunda mitad del siglo XX, los golpes militares interrumpieron el proceso democrático. La dictadura de 1976, liderada por figuras como Videla y Massera, implantó el terrorismo de Estado. La recuperación democrática de 1983, encabezada por Raúl Alfonsín, supuso un hito al juzgar a las Juntas.
Luego, Carlos Menem redefinió la economía con privatizaciones y convertibilidad, hasta que la crisis del 2001 derrumbó ese modelo. Desde 2003, Néstor Kirchner y Cristina Fernández marcaron un ciclo político enfocado en los Derechos Humanos y la ampliación de derechos sociales.
De este modo, cada personaje encarna una etapa de la historia, pero sobre todo muestra cómo las tensiones entre centralismo y federalismo, democracia y autoritarismo, apertura y justicia social fueron moldeando la evolución de la Argentina. 🇦🇷
🌟 Revolución y la Anarquía del ’20
La Revolución de Mayo de 1810 fue el resultado de un contexto internacional convulsionado: la invasión napoleónica a España, la crisis de la monarquía y la difusión de las ideas de la Ilustración. Los criollos, influenciados por las revoluciones de EE.UU. y Francia, comenzaron a cuestionar la legitimidad del poder virreinal.
El 25 de mayo se conformó la Primera Junta, lo que significó el inicio de un proceso de independencia largo y conflictivo. No todos coincidían en la manera de construir la nueva nación: Mariano Moreno representaba el sector más radical y centralista, mientras que Cornelio Saavedra encarnaba una postura más conservadora.
Tras la caída del Directorio en 1820 se vivió la llamada “anarquía del año ‘20”, caracterizada por la ausencia de un poder central fuerte. Surgieron entonces las dos grandes corrientes políticas: los unitarios, partidarios de un gobierno centralizado en Buenos Aires, y los federales, defensores de la autonomía provincial.
En este contexto, Juan Manuel de Rosas emergió como figura dominante. Su liderazgo se basó en el control político, la defensa del federalismo y una autoridad férrea que mantuvo el orden interno, aunque con métodos autoritarios. Rosas defendió la soberanía nacional frente a bloqueos extranjeros, dejando una impronta duradera en la política argentina.
⚔️ Unidad 2: Organización Nacional y Modernización
Con la derrota de Rosas en la batalla de Caseros (1852), encabezada por Justo José de Urquiza, se abrió el camino a la Constitución de 1853, que organizó institucionalmente al país bajo principios del liberalismo político y económico. Sin embargo, Buenos Aires se mantuvo separada hasta 1862, cuando con Bartolomé Mitre se consolidó la unidad nacional.
Las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda marcaron un período de construcción estatal. Mitre integró a las provincias, Sarmiento defendió la educación pública como motor del progreso (su obra Facundo planteaba la oposición entre civilización y barbarie), y Avellaneda gobernó en tiempos de crisis, fomentando inmigración y desarrollo agrícola.
La Generación del 80, liderada por Julio A. Roca, consolidó el modelo agroexportador. La Conquista del Desierto expandió la frontera agrícola a costa de pueblos originarios. La llegada masiva de inmigrantes europeos trajo ideas nuevas: anarquismo y socialismo, que dieron origen al movimiento obrero.
La Revolución del 90, encabezada por Leandro N. Alem, fue el germen de la Unión Cívica Radical, que bajo Hipólito Yrigoyen alcanzó el poder en 1916 gracias a la Ley Sáenz Peña (1912), la cual instauró el voto secreto, obligatorio y universal (para varones). Esto abrió una nueva etapa de participación popular.
🏭 Unidad 3: Década Infame y Peronismo
El golpe de Estado de 1930, encabezado por José Félix Uriburu, inició la Década Infame (1930-1943), signada por el fraude electoral, la corrupción y la dependencia económica. Durante la presidencia de Agustín P. Justo se firmó el Pacto Roca-Runciman (1933), que aseguraba beneficios para Gran Bretaña en desmedro de la soberanía argentina.
La crisis mundial de 1929 aceleró la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), estimulando la producción local. Este cambio transformó la economía y la sociedad.
En 1943, un golpe militar abrió el camino a la figura de Juan Domingo Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión consolidó vínculos con los sindicatos. En 1946 llegó a la presidencia e impulsó un modelo de justicia social, con ampliación de derechos laborales, nacionalización de recursos y fortalecimiento del Estado.
Eva Duarte de Perón tuvo un rol decisivo: promovió la participación política de las mujeres, la ayuda social y creó la Fundación Eva Perón. La Constitución de 1949 incorporó derechos sociales y laborales, reflejando el ideario peronista. Este movimiento transformó definitivamente la vida política argentina al incorporar a las masas como actores centrales.
🗳️ Unidad 4: Golpes, Dictaduras y Democracia
Tras el derrocamiento de Perón en 1955, se sucedieron gobiernos civiles débiles y golpes militares. El más brutal fue el de 1976, cuando la Junta Militar (Videla, Massera, Agosti) instauró una dictadura de terrorismo de Estado con 30.000 desaparecidos, persecución política, censura y represión. La derrota en la Guerra de Malvinas (1982) debilitó al régimen y abrió el camino al retorno democrático.
En 1983, Raúl Alfonsín asumió la presidencia, impulsando el Juicio a las Juntas y marcando un hito en la defensa de los Derechos Humanos. Posteriormente, Carlos Menem implantó el modelo de convertibilidad y privatizaciones, que inicialmente brindaron estabilidad pero desembocaron en desempleo y desigualdad. La crisis del 2001 provocó la renuncia de Fernando de la Rúa y una grave crisis institucional.
Desde 2003, con Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández de Kirchner, se impulsaron políticas de memoria, verdad y justicia, la recuperación de empresas estratégicas y la ampliación de derechos sociales, como el matrimonio igualitario y la Asignación Universal por Hijo. Este ciclo político consolidó la democracia recuperada en 1983 y puso el foco en los sectores populares y los Derechos Humanos.
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